Recientemente, el estilo Wabi Sabi ha incrementado su popularidad debido, en gran medida, al interiorista Axel Vervoordt, quien ha diseñado los interiores de algunas de las viviendas de los rostros más populares de nuestra Sociedad. Kim Kardashian o Kanye West son ejemplos de una larga lista.
“A grandes rasgos (el Wabi Sabi), ocupa la misma posición en el panteón japones de los valores estéticos que los ideales griegos de belleza en occidente.” Leonard Koren
Wabi Sabi es un concepto volátil, en su sentido más amplio puede ser una filosofía de vida y, como mínimo, un conjunto de rasgos que definen un tipo de belleza. Este término fue elegido para la designación de unos principios basados en las ideas de simplicidad, naturalidad y aceptación defendidas por el Budismo Zen chino. Wabi y Sabi son dos palabras japonesas que en origen tenían un sentido ciertamente distinto al actual. Wabi reflejaba la tristeza de una vida solitaria, al margen de la sociedad, y está relacionado con sentimientos como la depresión o la melancolía. Sabi, por otro lado, aludía a cualidades como “frio”, “flaco” o “marchito”. Con el paso de los siglos estas diferencias connotativas se fueron diluyendo y actualmente en Japón se usan indistintamente. Si nos remontamos en el tiempo, Rikyu es, probablemente, el nombre más importante en la historia de este movimiento, de su mano alcanzó la época de mayor esplendor en el siglo XVI. Rikyu fue un maestro de la ceremonia del té que trabajó en la innovación de los elementos relacionados con este ritual, desde mobiliario a la arquitectura, poniendo especial énfasis en los productos artesanos, toscos e imperfectos, que se convirtieron en parte fundamental de la idiosincrasia de este movimiento.
Una vez que ya conocemos un poco acerca del origen del Wabi Sabi, vamos a analizar en qué consiste y cómo se aplica a los espacios interiores en la actualidad. Es este un estilo de difícil definición y, de hecho, esta característica le otorga ese halo de misterio que lo hace tan atractivo. Que esté basado en productos únicos y artesanales, en colores apagados o materiales nobles hace que nos remontemos a una etapa pasada donde el artesano daba forma a los productos en su pequeño taller de pueblo, guiado por la intuición y la inteligencia humana, incapaz de cortar dos piezas iguales, desconociendo cuantos Newton de fuerza eran necesarios para doblar un tablón de madera, sin infinitos planos y detalles constructivos en los que no hay espacio para la espontaneidad y, en definitiva, un tiempo más mágico. No todo tenía una explicación lógica y racional y, es esta magia, la que muchas personas quieren introducir en su hogar.
Una de las claves para conseguirlo, es la elección de materiales naturales como la madera o la piedra. La conexión con la naturaleza es uno de los pilares sobre los que se cimienta esta corriente. Igualmente, dichos materiales son el símbolo perfecto de otro pilar, la aceptación de un mundo cambiante. Estos materiales como la madera, el mármol, el metal, el lino o el algodón no son indiferentes al paso del tiempo ni a los estímulos externos. La lluvia oscurece la madera, los cambios de temperatura agrietan la piedra, el oxígeno oxida el metal y el uso desgasta la tela. Pero esto es lo que se persigue con estos materiales, que la historia se sienta sobre la casa tanto como sobre los individuos que la habitan. Este punto me parece muy interesante y considero que contribuye a la creación del hogar, de hacer sentir un espacio como tuyo. He visto imágenes en las que este “paso del tiempo” se fuerza con un fin estético, lo cual me parece un despropósito y un distanciamiento de la esencia Wabi Sabi. Esta filosofía carece de cualquier pretensión, fluye con el tiempo y armoniza con el mundo. Finalmente, la introspección es la tercera pata de nuestro taburete, por ello, los grandes ventanales no son comunes. Además, se busca la simpleza y la austeridad, una vida liviana en comunión con el mundo que nos rodea.
Espero que os haya gustado este estilo que, en mi opinión, bien aplicado puede aportar mucho valor a nuestros hogares. Os espero en quince días con un nuevo post.
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