¡Hola a todos/as!
Estamos ya en plenas Navidades y el frío se ha colado en nuestras casas, así que en el post de hoy voy a tratar de explicar lo que significa para mí la chimenea en una vivienda, la importancia que tiene, los beneficios para el hogar y el medio ambiente y los distintos tipos que podemos encontrar en el mercado actualmente.
Cuando llegan estas fechas todos nos imaginamos en nuestra casa, sentados en el sofá de nuestro salón, junto a nuestra familia, envueltos en una manta e inmersos en una película mientras se escucha de fondo el crepitar del fuego de la chimenea. Fuera el viento y la lluvia golpean nuestras ventanas como si quisieran entrar dentro y acompañarnos.
En mi opinión, esa escena es una de las mejores representaciones de lo que significa el concepto «hogar». La sensación de seguridad y confort que sentimos al estar frente al fuego junto a nuestros seres queridos debe ser algo similar a lo que siente un animal salvaje acurrucado en el fondo de una cueva mientras una tormenta arrecia fuera.
Por ello, entiendo la chimenea como una representación del hogar primigenio, es un reencuentro con nuestro ser más primitivo, cuando hace aproximadamente 1,6 millones de años Homo Erectus descubrió cómo encender un fuego y calentarse con él junto a sus congéneres. De alguna forma este ritual se sigue repitiendo a día de hoy en nuestros hogares y es que, la chimenea se suele encender cuando estamos con familia o amigos, raramente uno enciende el fuego para estar solo en casa. Así que, de alguna manera, la chimenea también simboliza eso, la familia, la compañía, el calor de los seres queridos. La chimenea tiene una importancia social, es un punto de reunión.
Una vez que se ha decidido incluir una chimenea en la vivienda puede surgir la duda, ¿qué tipo de chimenea es la mejor? Aunque no hay una respuesta correcta voy a tratar de explicar brevemente las distintas chimeneas que existen a día de hoy.
En primer lugar, existe la opción de toda la vida, la chimenea de leña, la que, personalmente, más me gusta. Son las que mejor representan todo lo expuesto anteriormente. Además, son las que más calor generan, por lo que, con una de pequeño tamaño se puede calentar un salón entero. Sin embargo, tienen algunos inconvenientes como el mantenimiento, hay que saber encender y mantener un fuego, hay que limpiar toda la ceniza que se genera y hay que tener leña disponible en la vivienda. Además, su instalación requiere de obra y una salida de humos a cubierta, por lo que esta opción no es posible en todas las viviendas.
En segundo lugar, se encuentran las chimeneas de gas. Estas tienen varias ventajas respecto a las de leña, como que no son difíciles de encender, ni generan residuos ni humos y se puede regular la temperatura. Sin embargo, el precio de estas chimeneas es muy superior a las tradicionales.
Como tercera opción, existe la chimenea de bioetanol, cuyas emisiones son limpias, por lo que no contamina el medio ambiente, así que no es necesario instalar una salida de humos a cubierta y, por tanto, es una opción para cualquier vivienda. En resumen, es una chimenea que no requiere ningún tipo de instalación, de encendido inmediato, de fácil mantenimiento y no contaminante. A pesar de estas grandes ventajas, esta opción tampoco es perfecta. Entre sus desventajas destacan el elevado precio de las mismas, mucho mayor que las dos opciones anteriores, y la dificultad para encontrarlas.
Existe una última opción, que es la chimenea eléctrica, pero su función es meramente decorativa y, por ello, no la recomiendo. En caso de querer que desprenda calor es posible, pero el coste para ello es desorbitado.
Con este post espero que se valore más la chimenea, un elemento olvidado en los últimos años pero que es capaz de transmitirnos unas experiencias difícilmente replicables de otra forma. Os deseo una feliz Navidad a todos junto a vuestros seres queridos, en la medida de lo posible, y al calor de vuestra chimenea.
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