Eero Saarinen (1910-1961) fue un reconocido arquitecto finlandés que sigue vigente a día de hoy gracias a sus diseños basados en la corriente organicista, siendo uno de los pioneros, y en los avances tecnológicos. Su formación inicialmente fue la de escultor, sin embargo, acabó estudiando arquitectura, al igual que su padre. Se marcharía a edad temprana a Estados Unidos, donde desarrolló su actividad profesional.
Tras la Segunda Guerra Mundial, varios arquitectos y diseñadores como Charles Eames, Arne Jacobsen, Verner Panton o el propio Saarinen volcaron toda su creatividad e ingenio en la creación de mobiliario experimentando con los avances tecnológicos desarrollados hasta la fecha. Por ejemplo, la madera contrachapada, que dio como resultado la silla Plywood, de los Eames, las molduras de aluminio o los plásticos reforzados con fibra de vidrio, que Saarinen aprovechó para concebir la silla Tulip.
Sus inicios como escultor se ven reflejadas en las formas de sus sillas, que parecen moldeadas como si de arcilla se tratase. Trabajó para la firma Knoll, a través de la cual se comercializó la silla Tulip en 1957. Este diseño obedece a una apreciación del arquitecto acerca de los interiores de las viviendas de la época. Saarinen quería conseguir interiores más limpios visualmente, más homogéneos y, para ello, consideraba que se debían suprimir las patas de los muebles. En sus propias palabras «Quería limpiar la suciedad visual que provoca esa maraña enredada de patas y devolverles a los muebles la capacidad de ser piezas visualmente homogéneas».
A esta premisa se sumaba una segunda idea, la creación de una silla de una sola pieza. Citando al diseñador «Quiero hacer las sillas de una sola pieza de nuevo. Toda buena pieza de diseño del pasado ha sido siempre basada en su estructura». Así pues, Eero imaginaba una silla fabricada en un único material y apoyada sobre una sola pata. Sin embargo, jamás pudo alcanzar dicho objetivo, puesto que, a la hora de trabajar con la fibra de vidrio, que resultaba óptima para moldear y obtener la forma deseada, se dio cuenta de que no era lo suficientemente fuerte como para actuar como soporte de la silla. Por ello, tuvo que emplear aluminio para la base.
A pesar de no conseguir crear una silla de una sola pieza con un único material debido a los límites tecnológicos del momento, creó una silla de aspecto futurista, que todavía en la actualidad se sigue comercializando, y sentó las bases de varias sillas relevantes en la historia del diseño que tratarían de convertir en realidad la visión de Eero Saarinen, una silla de una sola pieza. La Silla Panton de Verner Panton es el claro ejemplo de esto.
Esta idea de la pata única se extendió a las mesas, empezando por la mesa Tulip, también de Eero Saarinen. Este concepto se ha aplicado en numerosos diseños, llegando incluso a los más actuales, con diversas reinterpretaciones del mismo, desde diseños más sobrios como la mesa Gus de Francesc Rifé, hasta el atrevido Jaime Hayón con su Explorer Dining Table.
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