¡Hola a todos/as!
Hoy os voy a hablar de la importancia de realizar un buen diseño de las ventanas. Las ventanas son los recursos arquitectónicos para establecer conexiones con el mundo. Nos permiten mantenernos al corriente de lo que ocurre en el exterior desde una posición confortable, fuera de peligro, a cubierto entre cuatro paredes de hormigón. A esto se le suma una segunda función, que es la de mantenernos aislados de la temperatura y el ruido. Por todo esto, hay que estudiar bien dónde colocar las ventanas, qué forma darles, qué tipo de apertura o qué material utilizar.
En primer lugar, voy a hablar de la localización de las ventanas. Es importante conocer el recorrido del sol en la zona a trabajar para así, aprovechar al máximo la luz que nos brinda, puesto que es la mejor para el ser humano. Junto a esta luz hemos evolucionado y hemos desarrollado un modo de visión adaptado a los ritmos, la intensidad o la temperatura de color de la luz solar. En un post anterior ya hice un análisis sobre el recorrido del sol para diseñar viviendas sostenibles. Las ventanas con orientación sur deben ser amplias para captar los máximos rayos posibles durante el día y minimizar gastos de energía de luz y calefacción, mientras que las orientadas hacia el norte deben ser más pequeñas.
Una vez establecida la localización de la ventana hay que diseñarla. En mi opinión, las ventanas son las conexiones interior-exterior de la vivienda, son las puertas hacia el mundo, por ello, considero que deben ser lo más limpias posibles para que nada interrumpa la visión hacia fuera. Para conseguir esto, se puede aplicar la regla de los tercios, es decir, dividir el hueco en tres partes y dividir la ventana en dos secciones irregulares, dos tercios para una y un tercio para la otra. Tradicionalmente se ha dividido el hueco en dos mitades iguales, quedando así el perfil de la ventana en medio obstaculizando la vista. El objetivo debe ser crear la conexión más fuerte con el exterior, la más limpia, casi que parezca un mismo espacio.
Decidida la composición de la ventana, hay que elegir el tipo de apertura de esta. Los más recomendables suelen ser los sistemas abatibles, ya que se consigue un mejor aislamiento térmico y acústico. En cambio, en los sistemas con puertas correderas este aislamiento es peor. Este tipo de apertura se suele utilizar en espacios pequeños o ventanales muy grandes en los que una puerta abatible sería difícil de manejar. Una buena alternativa a las puertas correderas puede ser la ventana de puertas osciloparalelas, tienen un precio mayor, pero son más herméticas. A continuación, os dejo una imagen con los tipos de aperturas que hay. Los cierres batientes o los pivotantes son los más eficientes si se busca un buen aislamiento.
Finalmente, voy a hablar sobre el material de la ventana. En el mercado existen tres materiales principalmente: aluminio, madera y PVC. El primero es el más popular, permite utilizar perfiles muy finos, tiene un precio competitivo y es un buen aislante. Luego encontramos también la madera, que proporciona un acabado muy bonito, es un buen aislante, pero es algo más caro. Por último, tenemos el PVC, que se está popularizando en los últimos años por sus buenas cualidades aislantes, es un poco más caro que el aluminio y se necesita una perfilería más gruesa.
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